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Esperanza Becerra, misionera en Mongolia: “El viaje del Papa abre una ventana para las personas que no conocen la experiencia cristiana”

 El Santo Padre Francisco viaja hoy a Mongolia, en el que será su 43º viaje apostólico. Allí, acompañando a la pequeña y joven comunidad católica, se encuentra Esperanza Becerra, misionera de la Consolata. Los primeros misioneros en pisar el país asiático llegaron en el año 1992, hace tan solo 31 años. La Prefectura Apostólica de Ulán Bator, donde los cristianos son una minoría, se sostiene gracias a la ayuda que recibe de parte del Papa a través de Obras Misionales Pontificias.


Esperanza Becerra lleva doce años como misionera en Mongolia, el destino del viaje apostólico que inicia hoy el Papa Francisco. En una entrevista a OMP, Esperanza ha contado lo que significa para la comunidad cristiana la llegada del Santo Padre: “Recibimos con mucha alegría y emoción la noticia de que el Papa Francisco va a venir a Mongolia”. El lema de este viaje es “esperando juntos”; con este mensaje, se quieren recalcar dos aspectos de la pastoral de la Iglesia: la virtud de la esperanza y la importancia de la colaboración entre el Estado de Mongolia y el Vaticano.


“Se abre una ventana hacia las personas que no han tenido la oportunidad de conocer una experiencia tan maravillosa como es la experiencia cristiana”. La Iglesia católica es una minoría en Mongolia, donde el budismo es la religión mayoritaria. La llegada del Papa Francisco es una gran ayuda para la evangelización. La noticia genera interés en el pueblo mongol, por lo que muchos se acercarán a escuchar al Santo Padre y oirán el mensaje de Cristo resucitado por primera vez. 


Esperanza nos ha contado un ejemplo de este interés por la llegada del Papa en la ciudadanía de Mongolia. Estando en un autobús, una persona se le acercó al ver la cruz que llevaba. Este hombre, que no era católico, le preguntó cómo podía hacer para encontrarse con el Papa durante su viaje. 


Llevar la Iglesia a las periferias


Uno de los mensajes más repetidos por el Papa Francisco en estos diez años de pontificado es el de llevar la Iglesia a las periferias. Con esta expresión, el Santo Padre se refiere tanto a las periferias geográficas como a las existenciales. En el caso de Mongolia, podemos hablar de una periferia en ambos sentidos.


Mongolia se encuentra a unos 9.000 kilómetros de la Ciudad del Vaticano. Está ubicado al norte de China, en la estepa asiática. Allí, las temperaturas oscilan entre los -28º y los 24º durante todo el año. Solo la mitad del año más calurosa, desde abril hasta septiembre, la temperatura media supera los 0º. 


Desde el punto de vista eclesiástico, todo el país es una única Preceptura Apostólica, con sede en Ulán Bator. En los más de 1.500 millones de kilómetros solo hay nueve lugares de culto oficialmente reconocidos por las autoridades. Hay treinta religiosas y veinticinco sacerdotes misioneros de diversas procedencias distribuidos por todo el país, de los cuales dos son españoles, y solo hay dos sacerdotes locales.


Mongolia, una iglesia con solo 31 años


Cuando Mongolia se convirtió en un país democrático, a principios de los años 90, el gobierno tomó la iniciativa de pedir entablar relaciones diplomáticas con la Santa Sede y llamó a los misioneros católicos para que trabajasen en el país. El 4 de abril de 1992, estableció relaciones diplomáticas, y el primer grupo de misioneros, tres miembros de la Congregación del Corazón Inmaculado de María (CICM), llegaron a Mongolia el 10 de julio de 1992.

En estos 31 años, la Iglesia se ha asentado en el país, pero sigue sin ser autosuficiente. Por eso, el Papa les cuida de una forma especial a través de la Segunda Sección del Dicasterio para la Evangelización –tradicionalmente conocido como Propaganda Fide–, y reciben la ayuda del Papa para su sostenimiento a través de Obras Misionales Pontificias, que canaliza las ayudas de todos los católicos del mundo, con las jornadas del Domund, Infancia Misionera y Vocaciones Nativas.

En el año 2022, la Preceptura Apostólica de Ulán Bator recibió 34.000$ para sus gastos ordinarios. Además, recibieron 30.000$ como ayuda para el mantenimiento de servicios como la oficina de representación del centro de misión de la Iglesia Católica en Mongolia, la Catedral de San Pedro y San Pablo, o una escuela primaria para niños.

Fuente: OMPEspaña

Un día de oración por la paz en Pakistán

 En vista de los recientes incidentes violentos contra cristianos en Jaranwala, la Conferencia Episcopal de Pakistán acaba de hacer pública una Declaración titulada “Un día de oración” (“A Day of Prayer”), solicitando que el próximo domingo 20 de agosto, todos los cristianos y gente de bien se unan en oración por la paz y la armonía en el país.




También una persona que mantiene relación estrecha con los cristianos paquistaníes se ha puesto en contacto con Obras Misionales Pontificias (OMP) para pedir oraciones por la paz y la justicia en ese país.

“Las minorías religiosas en Pakistán y entre ellas los cristianos, son con frecuencia humillados, pero los actos violentos del pasado miércoles 16 de agosto, son un punto de inflexión en la violencia contra los cristianos, afirma la fuente de OMP. Una turba descontrolada destruyó 21 iglesias y las casas de muchos cristianos. Muchas familias están viviendo con miedo e intentan huir.


Fuente: OMPEspaña

Cristina Fernández Hoyos, misionera condecorada con la Cruz del Mérito Militar: “Queremos que las mujeres de Mali sean conscientes de su dignidad de hijas de Dios”

 La misionera Cristina Fernández Hoyos ha sido condecorada con la Cruz de oro con distintivo blanco al Mérito Militar. Es misionera en Mali, concretamente en la ciudad de Bamako, la capital del país. En una entrevista concedida a Obras Misionales Pontificias, cuenta que recibir esta condecoración sintió “un agradecimiento profundo porque un organismo de nuestro gobierno, como es el Ministerio de Defensa, haya tenido este reconocimiento hacia mí y en realidad hacia a la congregación.”


Ella pertenece a las Religiosas de María Inmaculada. Esta institución nació para acoger a los más necesitados para formarlos en un oficio y que puedan ser independientes en la sociedad. La congregación llegó al país africano en 1998, dónde fundaron el Centro Vicenta María. En este centro dan casa y formación a mujeres de entre 12 y 30 años. “Las formamos en corte y confección, con una formación de tres años. Al final ellas salen con una máquina de coser y pueden montar su propio taller. Y luego en peluquería y estética que tiene mucha salida, y también en pastelería.”

El papel de la mujer está relegado al ámbito familiar, algo que es muy importante para las sociedades africanas. Sin embargo, según la perspectiva cultural europea, entendemos que las mujeres se encuentran relegadas a un segundo plano. No es normal que las mujeres tengan una independencia o una capacidad de decisión en su día a día. “nosotras queremos que sean conscientes de su dignidad de hijas de Dios, que decidan por sí mismas y sean económicamente autónomas.”

La evangelización en países musulmanes

Mali es un país mayoritariamente musulmán. Según los últimos datos, el 53% profesa el islam. Los católicos son un número menor, pero también son una comunidad grande dentro del país: el 35% de la población se considera católica.


En este contexto de predominancia islámica, lo fundamental es predicar con el ejemplo: “No es que vayamos a hacer proselitismo, nosotras acogemos a todas las chicas independientemente de su religión. Si la mayoría del país es musulmán, la mayoría de las chicas que tenemos en la residencia son musulmanas. Nosotras tratamos de predicar con el ejemplo, aunque no renunciamos al anuncio explícito.”

Sobre la relación que tienen con el gobierno, dice que no se sienten amenazadas, pero tampoco hay una colaboración entre el Estado y las congregaciones religiosas. Define la relación como un “pacto de no agresión”. Sin embargo, Cristina reconoce que existe un riesgo a ser secuestrada, no por su condición de misionera, sino por ser occidental. Cuando se le pregunta por qué decide quedarse en este país a pesar de este riesgo, habla de dos motivos, el trabajo de sus compañeras allí y su vocación. “la misión que desarrolla mi congregación en Mali en la promoción de las jóvenes, y luego la llamada de Dios que me que me impulsa a desarrollar mi vocación”.


Fuente: OMPEspaña